SEGURIDAD POST CROMAÑÓN II
Qué se hace para mantener un boliche en la legalidad y qué tener en cuenta a la hora de salir, PARA ESTAR MÁS TRANQUILOS.
Después de Cromañón las cosas cambiaron para quien quiera meterse en el negocio nocturno. Ahora el seguimiento es más riguroso.
Por Yanina Rossi.
Los dueños de los locales bailables llevan una “carga muy pesada” según el inspector Marcelo Muñiz y los datos precisos del registro que lleva el Gobierno de la Ciudad Buenos Aires, tiene hoy una lista de 92 locales bailables de los cuales 87 tienen vigentes sus habilitaciones.
Sin embargo, para poder incorporar shows o actividades complementarias al baile, los dueños tienen que renovar un permiso cada 30 días detallando qué tipo de actividades harán durante el mes, con qué bandas y en qué momentos, tal como afirma Muñiz.
A partir de la tragedia de Cromañón, se quisieron reforzar las inspecciones.
El inspector dice que “pasaron de ser anuales a ser trimestrales y que, como antes, se continúa pidiendo una autorización de Planeamiento Urbano para que el boliche funcione en esa dirección, la instalación contra incendios aprobada por bomberos, una ventilación mecánica que cambie el aire continuamente y un certificado de ruidos”.
El funcionario público no quiso dejar de aclarar que ahora se hace hincapié en la buena disposición de dos salidas de emergencia, la existencia de un plano de evacuación que esté a la vista, la contratación de emergencias médicas y monitoreos y personal de seguridad o patovicas, todo a cargo del empresario.
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