ROCK... Pero bien argentino...

ROCK... Pero bien argentino...
"La mediocridad para algunos es normal, la locura es poder ver más allá..."
(El tuerto y los ciegos, Sui Generis)

29 ago 2009

Tanguito: locura incurable


“Todo corre hacia ahora” Tanguito (1970)
Por Rocío Morale Otero
Corría la década del ´60 y el país se encontraba bajo la dictadura de Onganía, los pensamientos revolucionarios se sentían en el aire, el rock comenzaba a nacer.
Como notas musicales que caen del cielo y empañan la vista; el estilo de vida de los jóvenes empezaba a cambiar. El tango y la milonga dejaron se ser tan populares y cada vez se escuchaban menos en las radios para dar lugar a nuevos ritmos, entre ellos el rock.
En medio de todo esta conmoción nació, vivió y murió Tanguito. José Alberto Iglesias nació en el Gran Buenos Aires mas precisamente en la localidad de Caseros, donde vivía en un casa humilde con su madre Juana, el Gallego, su padre y su hermana menor. Un personaje tímido, callado y muchas veces ausente. Tanguito era eso: un personaje que superaba “el cuerpo de la persona”.
Amigo de Morís, Alex Piedras y Miguel Abuelo, son anecdóticas sus largas noches caminando de un lugar al otro. La primera parada era La Cueva, un barcito chiquito donde se juntaban a componer, a hablar o sólo a estar en silencio; después partía hacia la legendaria Perla de Once, otro bar, más grande, donde se juntaban y se mezclaban todos los grupos sociales, desde los denominados hippies (como Tanguito y sus amigos), hasta los estudiantes de medicina que pasaban las largas en el lugar estudiando. Entre estos dos lugares transcurrió la mayoría de la adolescencia de Tanguito. Los que lo conocieron afirman que no había palabra para describirlo porque era un ser totalmente angelical y desquiciado.
Como cantante no tuvo demasiado éxito y quizás fue porque nunca pudo amoldarse a nada, ni a los horarios, ni a letras, ni al trabajo en estudio. Sin embargo, la canción más importante del rock argentino, fue creada por él junto al cantante y compositor Litto Nebbia. Fue precisamente en el baño de La Perla de Once donde se terminó de gestar La Balsa.
La vida de Tanguito cambió cuando conoció el Actimin, comenzó a inyectarse y su personalidad que ya de por sí era excéntrica dio un giro mortal. Vivía de comisaría en comisaría, sus palabras cada vez se escuchaban menos, pasaba horas y horas en silencio. Caminaba “cabizbajo” por lo que hoy conocemos como la Avenida Corrientes, con calzas ajustadas y medias en la cabeza.
El hippismo fue un movimiento muy criticado y muchos de los que se consideraban hippies tuvieron que cambiar su ritmo de vida para poder ser aceptado. Pero Tanguito fiel a su estilo, no lo hizo. Día tras día el espíritu de libertad de Tanguito iba en aumento y el gran problema era que no encajaba en una sociedad totalmente sumisa y estructurada. Así fue como lo derivaron al Hospital Neuropsiquiátrico Borda, donde perdió todo lo que quedaba de su esencia gracias a los golpes eléctricos y a la fuerte medicación. En sus últimos días Tanguito era un vegetal, un ser ausente que solo babeaba y casi no podía hablar, hasta que decidió escapar y lo logró. Fue en la madrugada del viernes 19 de mayo de 1972 en la cual Tanguito o Ramses -como le gustaba que lo llamaran- decidió huir, con una lucidez impresionante considerando el estado en el que estaba. Esperó que todos se durmieran y a las cinco de la mañana comenzó su viaje hacia la libertad. Trepó por una pared que daba a la calle, se subió al colectivo 59 y se desplomó en el último asiento.
El certificado de defunción de José Alberto Iglesias asegura que fue atropellado por un tren a las 10.50 del viernes 19 de mayo de 1972 en las vías del Ferrocarril San Martín en J.F Seguí y Demaría. La muerte fue causada por “sección traumática tronco abdominal y destrucciones viscerales con hemorragia externa”, según la certificación medica de Dr. Juan Maria Obarrio.
Fue en esa madrugada donde la luz de Tanguito se apagó para siempre dejando viva la leyenda. En vida Tanguito, no tuvo dinero ni populabilidad, la única canción que llegó a logró se un éxito fue La Balsa. Algunos aseguran que Tanguito es el símbolo más ferviente de la locura y la autodestrucción, otros lo ven como símbolo de rebeldía, Ahora que cada uno saque sus propias conclusiones de lo que fue la vida y obra de este ser que ni en su vida ni en su muerte respeto ninguna casilla.


Bonus tracks

La Balsa
Estoy muy solo triste, acá,
en este mundo abandonado,
Tengo la idea la de irme
Al lugar que yo mas quiera.
Me falta algo para ir,
Pues caminando yo no puedo.
Construiré una balsa
y me iré a naufragar.
Tengo que conseguir mucha madera,
Tengo que conseguir, de donde sea.
Y cuando mi balsa esté lista
Partiré hacia la locura
Con mi balsa yo me iré a naufragar.





Tanguito: tema inédito

Yo escribí al verde mar,
A los pájaros también
Y juntos dibujamos
Mil sonrisas confusas
Y ahora temo despertarme
En este clima insoportable
A veces difícil de resistir
Pero no por eso todas las cosas
Feas y malas son. Solo cosas son
Y ahora debo irme
Y dilatarme y corerrme
En el marco de la paz
En ese puerto olvidado
Al borde de la noche
Donde la muerte es tibia
Como el amanecer
Y la libertad es una canción


Tanguito: tema inédito


Niñas del canto
A las flores en Flores
Ellos no comprenden
que muy lejos están
Yo también los escucho
Y los oigo reír
Más no me interesan
Porque lejos están

Hoy seremos campesinos- Miguel Abuelo tema dedicado a Tanguito
Son fragmentos, viejos cuentos
De momentos que vienen y van
He salido de paseo por un mundo
que ha quedado atrás
Cuenta un cuento amigo mío
Que no tenemos que dormirnos
El sol quema y no hace frío
Hoy seremos campesinos
La mañana de sorpresa nos tomo
Pero el sol corrió ligero y nos ganó
Trovadores de estos tiempos
Silenciosos jugadores del amor
Alguien canta y una manta
Se recuesta sobre el cuerpo de los dos
Cuenta un cuento, amigo mío,
No tenemos que dormirnos
El sol quema y no hace frío
Hoy seremos campesinos.


1 comentarios:

Anónimo,  5 de octubre de 2009, 20:03  

gracias por recordarlo

Publicar un comentario

  ©Template by Dicas Blogger.